Esta anécdota le pasó a una compañera en su etapa de prácticas en un periódico.
Me comenta que sería uno de sus primeros días en la redacción del diario cuando la envían a hacer un reportaje en una feria de un pueblo cercano.
El reportaje consistía, además, en realizar fotos para su posterior publicación (estamos hablando de los años donde aún no existían las cámaras digitales).
Esta mujer, en su afán de dejar todo bien atado, cada vez que hacía una foto anotaba en su bloc datos para poner el pie de foto, por ejemplo: Manolo Pérez, el del polo rojo; Luís Sánchez, el del pantalón azul...
Claro, como decía anteriormente, aún no existían las cámaras digitales y se revelaba en blanco y negro; con lo cual fue imposible titular los pies de fotos.
A partir de ahí, esta compañera tomo otra forma de anotar: Manolo Pérez, el calvo; Luís Sánchez, el del bigote grande, etc.
Nota.- Esta anécdota es real, aunque los nombres son fictícios.
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