lunes, 4 de noviembre de 2013

¡Qué mala memoria!

Llevo cinco meses sin aparecer por aquí; y la verdad es que las últimas veces que he escrito algo ha sido para recordar a alguien que se nos fue.  Ahora va a ser diferente.  A partir de ahora, siempre cuando me apetezca, voy a contar reflexiones (bien del deporte o de periodismo, aunque no descarto hablar de otras facetas).

Este año he notado un cambio sistemático en el programa de deportes que día a día hago en radio.  Por un lado me veo más relajado en el estudio (algo normal, ya que mi vida ha dado un giro de 180º con respecto a otras temporadas).  Sin embargo el cambio sustancial se está notando en el contenido del programa.

Por motivos que no vienen al cuento relatar ahora, el programa de radio se ha visto reducido a media hora.  También por esos mismos motivos el programa de golf "18hoyos" ha tenido que desaparecer de la parrilla.

Y ahí es donde más de duele, porque un programa que tocaba el mundo del golf (con lo que ello significa en la Costa del Sol) a nivel nacional e internacional ha marcado una época, ya que son muy pocos los espacios dedicados a este deporte en cualquier radio a nivel nacional.

18hoyos ha estado durante dos años en parrilla, semana a semana.  La web recibió unas 40.000 visitas. Más de 900 descargas.  Se llegó a emitir a través de Golfcast.  

Pues bien, ya de aquello nadie se acuerda.  Ya nadie se acuerda de nada.  Jamás fui invitado a Madrid o Barcelona, o Valencia a presentaciones de torneo, como si que hacen con los periodistas de Madrid.  Por eso me he dado cuenta que el mundo del deporte y del periodismo son ingratos. La solución de esto es que llevo cinco meses sin pisar un campo de golf…. y ni ganas de hacerlo.  Igual cuando la gente recobre la memoria y vuelva a querer estar informado de golf, ya será tarde. He colgado los palos.

lunes, 17 de junio de 2013

Ya quisiera yo ese parquet para los partidos

Hacía años, siglos diría yo, que no me paso por estos lares.  Y fijaros que me apetecía escribir algo, aunque desde luego lo que ahora escribo no es agradable, aunque lo recuerde con mucho afecto.

El titular de este post es lo que me comentó un día Manel Comas justo después de un entrenamiento a mitad de temporada del Cajasol de Sevilla en el Pabellón de La Lobilla de Estepona (Málaga), "Rafa, ya quisiera tener yo este parquet en San Pablo en los partidos ACB".

Cuando hoy me he enterado de su muerte, me ha pillado en directo en radio.  Ha sido el técnico el que por línea interna me lo ha comunicado.  Siempre una noticia de estas te deja frío, aunque sabes de su enfermedad.  

En ese mismo momento se me ha venido a la mente aquella tarde de febrero en la que estuvimos charlando.  Sentado en los escalones que dan acceso al pabellón, con un cigarro en la mano y contando anécdotas, antes y después de la entrevista.  Sinceramente os digo que en aquel momento estaba ante el Manel Comas persona y no ante el Manel Comas técnico. Yo había conocido al entrenador, a aquel tío que era capaz de decirle barbaridades a sus jugadores, y ahora estaba frente a un hombre.  Eso si, hablamos de basket.  Y fue ahí cuando me di cuenta el carisma que este hombre tenía en el baloncesto español.

Al despedirnos, me comento que era un bicho raro, que había entrenado a casi todos los equipos catalanes, desde aquel Licor43 menos al Barça, y que no le importaba ya que el era "perico" (seguidores del RCD Espanyol). Aprovechó para decirme que le enviase un saludo a otro "perico" de pro, Tomás Guasch, al cual lo vería unas semanas después.  "Tú le dices que le envía recuerdos el sheriff, con eso ya sabe quien soy".

Precisamente, días antes de ese encuentro se realizaba el traspaso de Pau Gasol por los Lakers, y me dijo "va a ser un bombazo Rafa.  En breve un español se colocará un anillo NBA".

Por eso hoy le quiero recordar como siempre le vi, con su melena al viento, y con la duda si él, Javier Moracho y Pablo Abraira eran trillizos. D.E.P.

jueves, 14 de marzo de 2013

Simplemente blanquiazul

Después de año sin aparecer por estos lares, debido simplemente a que no me encontraba con ganas de expresar aquí toda una rabia contenida por diversos motivos; hoy lo hago para hablar de la alegría que debemos tener todos los malagueños por el pase a Cuartos de Final de la Liga de Campeones del Málaga C.F.

Bien es cierto decir que el fútbol de la capital nunca se ha portado bien con la provincia. Ni el extinto C.D. Málaga y ahora el Málaga C.F. mira a los equipos de la provincia para intentar llegar a convenios de colaboración. 

Pero el partido de ayer con el Oporto significa para la provincia algo, o mucho más que fútbol, significa promoción, significa ingresos para una zona que con la crisis que está cayendo buena falta hace, y significa: olvidarnos de los problemas cotidianos que nos van surgiendo en el día a día.

Seguramente ayer en La Rosaleda estaba mi compañero Rafa García Cruz, un malaguista de pro, al que echo de menos a la hora de redactar este post.  Quizás por eso, porque como él, otros no están, por eso entre otras cosas,  es por lo que llevo todo este tiempo sin querer abrir esta ventana.  Pero a lo que iba, ayer Málaga entera vibró por los cuatro "costaos" y respiró fútbol, doblegando a todo un campeón de Europa como es el Oporto, cuando apenas unos años atrás estábamos jugando en campos de Tercera; y el único que confió en este equipo, además de su afición fue el entonces presidente Fernando Puche con aquella famosa frase "Málaga tiene afición, ciudad y equipo para jugar una Champions de Campeones".

Seguramente ayer, los Viverti, Migueli, Juanito, Macias y Gallardo, entre otros ayudaron desde el rincón de los dioses.  Ayer, tras días de lluvia torrencial el cielo celeste se tiñó con nubes blancas, formando los colores del equipo de mi tierra.