Uno de los eventos más bellos que uno puede cubrir como informador es una Vuelta Ciclista. Pero igual de bello, también lo es agotador.
Estar días y días fuera de casa; de un lado para el otro; haciendo más kilómetros que el baúl de la Piquer; llegando a los hoteles con el tiempo justo de ducharte, cenar y dormir; y al otro día más de lo mismo.
Pero el límite del ejercicio en una Vuelta lo tiene Angel González Ucelay, redactor hoy de Punto Radio, otrora de la Cope, que narraba el ciclismo en cuclillas. Así se tiraba horas y horas narrando, y luego se levantaba más fresco que una lechuga.
Yo no sé como podía hacerlo todo a la vez: ver la señal unilateral de televisión, escuchar Radio Vuelta, hacer indicaciones a los comentarístas, ver por la ventanilla de la cabina de retransmisión, en una mano el bolígrafo para apuntar, en la otra el Ducados, y obviamente contándonos todo lo que ocurría en carrera.
Por eso, la gente del ciclismo somos de otra pasta.
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