Esta anéctoda ocurrió durante un Pleno celebrado en un Ayuntamiento.
Era la primera vez que en dicho Salón de Plenos se colocaban micrófonos inalámbricos.
¿Os acordáis de los primeros inalámbricos? Eran unos tubitos con cablecito que hacía de antena para recepcionar la señal.
En medio del Pleno, y cuando se debatía un asunto importante, un concejal (por cierto, de la oposición), dijo: "Señor Secretario: Antes de exponer la opinión de mi formacíón política sobre el asunto, quiero que conste en acta que algún malintencionado me ha cortado el cable del micrófono para acallar mi voz".
Este político obviamente no sabía que se le escuchaba en toda la sala gracias a un micrófono inalambrico.
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