En un día donde, seguramente los
resultados más importantes no fueron los que se consiguieron en un terreno
deportivo; hay que hablar de ellos, de los deportivos. Y aquí creanme, hay un equipo que gana por
mayoría absoluta. Y al contrario que
pasa con el resto del país, que se ha tildado de azul, este equipo va de rojo;
de un rojo pasional, fruto del amor y complicidad que este equipo tiene con su
afición.
Ayer, a más de 300 kilómetros, en
el que quizá sea el campo más complicado de la primera vuelta, estos chavales
demostraron que tienen coraje, casta y orgullo.
De no ser así no estarían en lo más alto de la tabla y con números que
marean, solo de verlo.
Y todo ello en una jornada, donde
un inútil volvio a hacer lo que sólo saben hacer los salvajes, es decir,
animaladas: Cargarse un partido donde Martins metía el gol más bonito que se
puede meter, el gol de la vida.
Pero como en cualquier resultado
que se precie, no todo pueden ser buenas noticias. Unos ganan y otros pierden. Y la derrota
venía de manos, una vez más, del Clínicas Rincón Benahavís. Y lo malo es que parece que nos estamos acostumbrando
a estas derrotas.
Solo decirle a los aficionados al
basket, que miren los periódicos de hoy, y se apliquen sus titulares. “Se auguran nuevos tiempos”. Ojalá que para el Clínicas Rincón también.