Hacía bastante tiempo que no me asomaba a esta ventana, y aunque no me apetece últimamente escribir, estoy obligado a hacerlo. Estoy obligado a rendir mi pequeño homenaje a Seve.
Quizás algunos piensen que estas palabras llegan tarde, pero creerme; para los que amamos este deporte del golf, Seve ha sido muy grande y es que, sinceramente, no me salían las palabras.
Jamás llegué a conocerlo en persona. Es una de esas espinitas con las que me quedaré para toda la vida. El no haber podido entrevistar a dos grandes como Seve y Paquito Fernández Ochoa.
Difícil ha sido también escoger la foto que acompañaría a este post. Entre muchos he querido escoger este por muchos motivos. Primero porque están los dos españoles que mejores títulos han conseguido en el mundo del golf. Segundo porque con la llegada de Chema se produjo el relevo generacional en el golf. Y tercero porque ambos están con la chaqueta del equipo europeo de la Ryder, una copa a la que Seve amó.
De los títulos de Seve, ya está todo dicho: dos chaquetas verdes (fue el primer europeo en ganarla), tres Open británicos (también amaba este campeonato) y seis veces ganador de la Orden de Mérito europea. Sin embargo el mejor galardón que se ha llevado Seve es el cariño de sus amigos, que un día fueron rivales en el green.
Todo en la vida, incluso la propia vida, tiene un principio y un final. Y ahora Seve llegó al green del 18. La gran putada es que el recorrido de este campo ha sido muy corto.
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