El titular de este comentario no tiene nada que ver con el resultado del "bolo" acontecido ayer en el Estadio Nacional de Buenos Aires entre las selecciones de Argentina y España.
Lo de "Grande" viene por un gesto que igual pasó desapercibido para muchos, pero que demuestra el señorío de una selección grande como es la Argentina.
Es la primera vez que veo como un equipo anfitrión es el que hace el saludo al visitante y no al revés. Y es que lo normal sería que el local sea el que reciba con los brazos abiertos al visitante como fiel anfitrión.
A los delegados federativos, que por cierto viajan muchos con el equipo nacional, decirles que en la maleta echen un CD con una versión original del Himno Nacional de España. De esta manera nos ahorramos un Himno de la época franquista, con esa versión superlaaaaaaaaaaaga, que aburre, puesto que es una repetición siempre de lo mismo.
Bueno, peor fue lo de la final de la Davis de tenis en Australia donde pusieron un himno de cuando Santiago Apostol piso suelo hispano. O cuando a Jorge Lorenzo en Estados Unidos, tras su victoria en Laguna Seca, lo nacionalizaron literalmente italiano al sonar el himno transalpino en lugar del Español.
Volviendo a la Selección Española de Fútbol, y para variar, estaré en contra de todo el Mundo. Bien es cierto que la Selección ha conseguido un hito (ganar Eurocopa, ganar un Mundial, jugar bien al fútbol, y hacer que en este país no te llamen "facha" por colocar una Bandera Nacional en la ventana de tu casa). El fútbol es un deporte de masas, pero la Selección ha aprovechado el oportunismo del triunfo.
Sin embargo, para mí, el "Principe de Asturias" se lo habría dado a una deportista que siempre ha estado en la cumbre, Edurne Pasabán.
No quisiera terminar este comentario sin hacer referencia a un maestro que ayer nos dejaba, Joaquín Soler Serrano. Un grande de la comunicación, al cual no le hizo falta ir a una facultad para hacer grandes programas de radio o realizar grandes entrevistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario